Una batalla por la autonomía tecnológica: uranio natural o enriquecido (más de cuatro décadas después)
En marzo de 1973, el gobierno nacional decidió que el combustible de la segunda central núcleo-eléctrica argentina sería el uranio natural. Durante los siete meses previos, la Asociación de Profesionales de la CNEA (APCNEA), basada en un cuidadoso e informado análisis técnico y político había liderado una campaña orientada a exponer su convicción , de que, en esa etapa del desarrollo tecnológico-industrial de la Argentina, dicha opción era más conveniente para el país que las centrales que utilizaban uranio enriquecido. Acompañaron a la APCNEA asociaciones gremiales, universidades, funcionarios públicos, medios, agrupaciones políticas y hasta una fracción importante del hombre de la calle. Como protagonistas, los autores aportan documentación original y vivencias propias y ajenas, centradas sobre la opción uranio natural.