La fuerte tendencia hacia el incremento en el número de instalaciones de almacenamiento subterráneo de gas que se ve actualmente en los países con marcadas diferencias climáticas en invierno y verano, está relacionada con el hecho de que esta herramienta operativa es el medio tecnológico más adecuado, económico, seguro y amigable con el ambiente que tiene la industria para almacenar grandes volúmenes de gas listos para ser comercializados.