La arqueosismología estudia terremotos del pasado mediante el análisis de yacimientos arqueológicos, aportando datos inéditos sobre sismos que pueden incluso no haberse registrado históricamente. Estos datos pueden ser de gran ayuda a la hora de considerar la peligrosidad sísmica de zonas relativamente estables con periodos de retorno de sismos destructivos elevados, como es el caso de la Península Ibérica